Cuando a principios de Mayo, los servicios sanitarios los descubrieron en el parking de un supermercado, dentro del coche donde vivían, Yurt tenía el pelo brillante, estaba fuerte y muy bien cuidada, Kevin McClain, su dueño, había perdido la consciencia.
El hombre fue trasladado al hospital, y el animalito a un centro de acogida donde en sus ratos libres colaboraba Jan Erceg. Esta enfermera de 53 años, recibió el encargo de trasladar al hospicio, a un enfermo terminal de cáncer de pulmón, fue entonces cuando Kevin le habló de su fiel "compañera", le dijo su nombre y todos los cabos de esta historia terminaron de atarse, se trataba de la "Collie" mestiza que acababa de llegar a la protectora, era Yurt.
"Condenado" a pasar sus últimos días sin nadie a su lado, sin familia y sin la compañía de su mejor y más fiel "amiga", la casualidad (o vete tú a saber qué) quiso que todo ocurriera así y que esta mujer tuviera a bien reunirlos por última vez. "Creo que tuvo una vida muy dura" dijo ella.
"Este animal, juro por DD que sabía a donde íbamos. Estaba fuera de sí, ladrando y chillando durante todo el camino. Llegamos al Hospicio y ella se dirigió directamente a la puerta principal"
"Hizo un giro a la derecha y luego otro y me llevó hasta la misma entrada"
El enfermo Señor McClain estaba dormido, Yurt saltó encima de la cama y poco a poco se tendió sobre él, la enfermera cogió su mano y con ella acarició varias veces la cabeza de su inesperada visita, hasta que sus dedos empezaron a moverse...
"De repente sus ojos se abrieron -Bam- La vió y ella empezó a lamerle la cara, y ahí se quedó, mirándolo a los ojos" "Pasaron pocos minutos hasta que por fin pudo abrazarla completamente"
Después de más de una hora, la Señora Erceg intentó amablemente bajar a la perrita de la cama, pero "Mister" McClain se aferraba a su adorada Yurt, la enfemera, entre lágrimas, recuerda lo último que le dijo a su mascota ... "Pórtate bien, pórtate bien" Sabía el vagabundo, que no volvería a verla más. El Señor McClain fallecería al día siguiente.
Una mirada así, no podía, ni se merecía, pasar mucho tiempo encerrada en una perrera (realmente, ninguna debería , pero...). Un joven matrimonio de Iowa ha debido pensar lo mismo, y la semana pasada la tomaron en adopción, Yurt por su parte está haciendo caso al que siempre será su otro dueño... se está portando bien ;-)
(OoOps, creo que algo se me ha metido en el ojo...)
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